sábado, 26 de marzo de 2011

Es complicado revivir emociones, más aún cuando creías que las tenías asumidas y por sobre todo superadas.


Es extraño pensar que nunca mueren y solamente se adormecen al costado de mi cintura.


Quisiera poder escribir un cuento, intensificar cada segundo que te presentas como figura viviendo, expresar como te deshaces en imágenes vivientes en mi mente, el tenerte ahí, el querer tenerte ahí, el sentirte ahí, el no estar ahí.




Puede que a momentos no quiera vivir lo que vivo, si disfrutar lo que no vivo, pero me quedo con lo que tengo y amplifico hasta más no poder cada alimento del alma, de aquella ánima, con frutos de un pasado, cosechas de un presente, y anhelos de un futuro.






Me estigma el extrañarte, me sabe raro, parece que estaba súper inconciente en mi piel, en cada sístole acompañado de cada diastole, confundí emociones, creí que una pequeña ausencia era ese extrañar palpable, mas... realmente esas no eran nada, es como comparar la sombra de una pequeña ramita bajo el sol de invierno, aquel que no quema, con aquella frondosa sombra de un naranjo de 200 años desplegándose en ese SOL intenso, potente y cada vez más y más ardiente que penetra hasta mis entrañas.



Puedo decir que no estoy, porque no puedo estar, porque la cabeza me la come las preocupaciones del diario vivir, pero te apareces en todas ellas, no deseo alimentarme de pedacitos de ti, quiero estar por completo contigo, pero sé que tengo que esperar, que ya llegará ... que ya llegará... paciencia.. tiempo al tiempo.. ¿aparece luego ya?, tengo vida por regalarte.